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sábado, 3 de diciembre de 2016

Voy a dejar de ser "friki"

Estoy muy en contra de las etiquetas. Daos cuenta de que yo era un niño gordo, de baja estatura, un patoso al que se le daban mal los deportes y que prefería dibujar, ver la televisión y leer cómics antes que salir a la calle a jugar. Así que estaba muy familiarizado con las etiquetas, sí. Y no me gustaban ni entonces ni me gustan ahora.
Pero hubo un momento en que descubrí que era "friki" y esa etiqueta sí me hizo gracia. Y yo mismo la usaba.
Ya no era "un puto raro", "un marginado", "un granudo de mierda", "un cutre", "un criajo que juega con maquinitas y lee tebeos". No. Era un "friki". 
Eso molaba.
Pero ya no. Ya no la pienso seguir usando más.
A mí ya me han agotado. En serio. Ser "friki" es hoy demasiado. Si me permitís la nota de humor y la ironía, yo me metí en esto porque era un mundo poco exigente: No había que llevar ropa guay, ni ir a fiestas, ni afeitarse y daba igual tener granos y no haberse duchado en 3 días. Leías cosillas de la Dragonlance y de Tolkien, veias peliculillas con muñecos de peluche, echabas tus partiditas de rol, leías tus cómics, jugabas con colegas a la consola y no te metías con nadie.
Este dibujillo no tiene mucho que ver con el tema, pero ¿a que queda chulo? Además lo he hecho yo...


Pero ahora ser "friki" exige ver sopotocientas películas de lo que sea. No hay mes que no haya una película de Star Wars, DC, Marvel o Harry Potter... Todo son sagas, spin-offs, cross-overs... Ser "friki", además,  exige estar escribiendo todo el santo día en Internet que te parece fatal que hagan tal o cual película, o que tal o cual actriz haga tal papel. Ser "friki" exige posicionarse al más puro estilo del frente popular de Judea en determinada consola y defender a capa y a espada que las demás son una mierda. Ser "friki" exige estar defendiendo tu "pureza" y "antigüedad" frente a otra gente que tiene los mismos gustos que tú.

Así que lo tengo decidido: Voy a dedicarme sólo a leer mis novelitas de dragones, ver mis peliculillas con naves y bichos raros, jugar a juegos con dados extraños, leer mis cómics y seguir disfrutando de la consola sin meterme con nadie.

Voy a dejar de ser friki.